La Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (eeaoc) investiga desde hace un tiempo atrás el uso de feromonas para atenuar el daño que produce el gusano perforador de la caña de azúcar, una plaga que produce gravísimos daños en los cañaverales de la provincia hace varias décadas atrás.
Los estudios con feromonas y algunos parasitoides como Trichogramma vienen desarrollandose en los últimos cinco años dentro del equipo de trabajo de la sección Zoología de la Estación Experimental -integrado por los ingenieros Marcos Isas, Pilar Pérez, Agustín Padilla, Diego Bravo, Analía Salvatore y Gerardo Gastaminza-, con el fin de disminuir la incidencia de Diatraea saccharalis, una plaga que ataca tanto a la caña de azúcar como a los cultivos de soja y maíz.
“Si bien esta plaga insectil no puede anularse totalmente, se intenta disminuir el ataque mediante una tecnología fácil, económica y efectiva y mantener al insecto controlable”, señaló Analía Salvatore.
El “gusano perforador de la caña de azúcar”, como se conoce vulgarmente a Diatraea saccharalis, produce perforaciones o galerías en el interior del tallo que se transforman en puertas de entrada para enfermedades como hongos y bacterias, que al cabo de cierto tiempo produce una disminución del rendimiento cultural y fabril del cañaveral.
Es un proceso que se manifiesta con una podredumbre roja que causa pérdidas de peso de la caña, disminución del contenido de sacarosa, decrecimiento en el proceso de extracción fabril -que afecta al brix, Pol % caña y pureza- e incremento de las materias extrañas en el jugo extraído.
Este insecto es responsable también de la muerte del brote guía, sí el daño es producido los primeros meses de crecimiento de la caña, y de la proliferación de brotes laterales cuando la caña está madura.
Como vemos es una plaga que debe ser controlada para evitar daños mayores, por lo que este tipo de control sirven como una herramienta más para el productor cañero.
Engañan al macho
“Estamos trabajando intensamente con feromonas (sustancia química que produce la hembra para atraer al macho) nativas de Tucumán”, comentó Salvatore y agregó que, una vez determinada la composición de la feromona, se la llevará al campo -en un dispenser o pastilla- con el propósito de “engañar al macho haciéndole creer que hay una hembra, cuando en realidad no hay nada; así logramos que se interrumpa la cópula y que la plaga disminuya”.
Este tipo de control hace que el uso de agroquímicos para controlar al plaga disminuya de manera exponencial, ayudando a que el medio ambiente no tenga una mayor contaminacion.
Otra línea de investigación es la atracción que experimenta la hembra del gusano perforador a colocar los huevos en plantas con alta dosis de fertilizantes nitrogenados como la urea, muy utilizada.
“Si empleamos otro fertilizante, de efecto similar a la urea, la hembra deposita menos huevos”, apuntó la experta.
Los resultados de estas investigaciones se darán a conocer en la Sociedad Argentina de Técnicos de la Caña de Azúcar (Satca). “Estamos a punto de entregar el paquete con todos los conocimientos que le permitirán al productor contar con herramientas para disminuir la población del gusano perforador”, apuntó Salvatore.
Uno de los aspectos fundamentales que los productores deben conocer para poder controlar más eficientemente a esta plaga es conocer cuál es su ciclo de vida.
El ciclo de vida de Diatraea saccharalis tiene una duración que depende de la época de año, la temperatura y la humedad. En nuestra provincia ocurren cinco generaciones al año.
El adulto es una mariposa que coloca por la noche los huevos en las hojas +2 y +3 de la caña, permanece escondida durante el día debajo del follaje o en algunas gramíneas.
De los huevos eclosionan las larvas que en los dos primeros estadios se alimentan de la vaina y luego las larvas perforan la caña donde realiza el mayor daño.